viernes, 15 de junio de 2012

Palabras de amor

Bernard Pivot fue un excelente comunicador cultural que nos proporcionó imágenes inolvidables de la historia de la televisión: escritores suelto, sin red, lecturas intensas de los libros, largas veladas en horarios de máxima audiencia en torno a la cultura.
Con su mítico Apostrophes y, más adelante con el Bouillon de culture , dejó una huella de clásico.
Después, se dedicó a otras actividades y ahora, además de ser miembro de la Académie Goncourt, escribe twitts.
Son aleccionadoras, reflexivas, divertidas, profundas o, simplemente, pétillantes .
Y tienen una característica: a pesar de llevarse bien, por supuesto, a la fórmula de los caracteres limitados, escribe cuatro o cinco veces seguidas, con lo que compone una especie de microcosmos en torno al tema que lo ocupa.
Político, cultural, económico o de alta comedia.
Esta semana ha escrito sobre el amor y sobre las declaraciones de amor.
Se pregunta, Portero, "si ha recibido o enviado nunca una declaración de amor a través del Twitter. Sin pasar de los 140 signos, debe ser bien difícil".
Y luego añade: "Creo que, por Twitter, debe ser más fácil romper que no declaró una llama de pasión. La brevedad es una buena excusa."
Y todavía no está. Se entretiene con su juguete y calcula, con una ironía que es marca de la casa, que la gracia de hacer partícipe todo el mundo de un asunto tan delicado y tan íntimo radica en la necesidad de que cada vez tenemos más que hacer general nuestra euforia o nuestra decepción.
Explicamos si vamos al baño o si salimos de casa a comprar tomates, si hemos estado en esta charla o en aquella exposición, si cenamos o si dormimos.
¿Por qué no, pues, explicar al mundo que estamos enamorados o que nos han dejado?.
"Con los twitts hacemos que el mundo sea testigo del amor o del desamor, mientras que con los mensajes-SMS o Wahtsapp-partimos de la confidencialidad".
Y eso puede jugar malas pasadas: "Con los mensajes te puedes equivocar de destinatario. Él envía un texto de ruptura definitiva y, al cabo de una hora, ella recibe otro comunicado: mil excusas, error, el primer mensaje no era para ti.
"Uno de sus seguidores añade un final blanco a esta divertida comedia de satén: "No creas que te quiero sólo porque te escribo, sino que te escribo sobre todo porque te quiero."